Carmen, nada de nadie
TEATRO ESPAÑOL / JUSTO TALLÓN / MIGUEL PÉREZ / FERNANDO SOTO
De Francisco M. Justo Tallón y Miguel Pérez
Dirigida por Fernando Soto
Con Beatriz Argüello, Oriol Tarrasón, Ana Fernández y Victor Massan.
ESTE TEXTO NACE DE UNA PASIÓN, DE UN CIERTO ENAMORAMIENTO, EL QUE SINTIERON SUS AUTORES POR EL PERSONAJE DE CARMEN A PARTIR DE LO QUE APRENDIERON SOBRE LA CARMEN DÍEZ DE RIVERA REAL.
A PARTIR DE ESA FASCINACIÓN, AMBOS FUERON INDAGANDO SOBRE LA ÉPOCA Y LAS CIRCUNSTANCIAS QUE RODEARON A ESTA EXTRAORDINARIA MUJER, CONSTRUYENDO UN ARTEFACTO TEATRAL EN EL QUE LA FICCIÓN SIRVE PARA CONTAR LA VERDAD.
TODO EN ESTE TEXTO ES MENTIRA Y A LA VEZ ABSOLUTAMENTE VERDADERO.
Hay personas que no quieren seguir el camino marcado. Para ellas, lo fácil es sencillamente imposible.
Carmen se reveló desde niña contra lo que parecía su destino: una vida cómoda siguiendo las convenciones de su tiempo y su entorno familiar.
Ella no quiso. No pudo. No supo. Renunció a los privilegios de cuna y una vida entre algodones para escribir su propia historia. Y tuvo que pagar el precio que pagaron todas las mujeres que en su generación eligieron la libertad: la soledad y la incomprensión.
Aquella chica rubia a la que Umbral definió como la musa de la transición, enamoraba a quienes
la conocían de cerca. También la llamaron traidora, espía comunista y otras cosas terribles para tratar de amedrentarla, pero para una mujer que se había forjado en el dolor desde muy joven, rendirse nunca fue una opción.
La vida de Carmen Díez de Rivera fue tan excepcional que tiene paralelismos con las tragedias
griegas como Antígona o Ariadna. Nacida en unas circunstancias familiares rocambolescas, dentro de lo más granado de la aristocracia española, eligió buscar la verdad y luchar por lo que consideró justo, arriesgándose a perderlo todo.
Llegó a alcanzar un puesto que ninguna mujer ha desempeñado en este país: Jefa del Gabinete de la
Presidencia del Gobierno. El precio también fue alto: la incomprensión y el olvido.
Y lo hizo en uno de los períodos más complejos e intensos de la historia de España: La transición. Luchó, a menudo sola, contra todo y contra todos. Poseedora de una voluntad firme, una mirada inteligente, tuvo siempre el propósito de guiar a su país hacia la democracia. Su fuerza y arrojo en este cometido público contrasta con su tristeza y su incapacidad para encontrar la paz interior, rota desde su adolescencia por un secreto familiar que la atormentaba.
En el escenario, Carmen va desgranando los momentos álgidos de su intensa y desafiante carrera
política mientras recuerda los episodios íntimos que marcaron su desdicha y su carácter. Por su
memoria y por nuestros ojos pasarán algunos de los personajes más importantes de nuestra historia.